El tema no es nuevo, tampoco en España, pero los números en Panamá son sumamente preocupantes. Cito textualmente de un informe de hace poco tiempo: “Entre 2010 -2011 el número de menores encinta en niveles de premedia (12 – 14 años) y media (15 – 18 años) aumentó en un 77% de acuerdo a los informes del Ministerio de Educación”. En números concretos hablamos de cifras anuales entre 700 a 1.200 embarazos de niñas escolarizadas.

Si tuviéramos estadísticas de las zonas indígenas (guna yala, emberá ognäbe buglé), donde no todas las niñas están escolarizadas, los númerostodavía serían mayores. Hay tópicos para analizar esta realidad: que en el trópico es más precoz el desarrollo de las niñas; que la expresión amorosa es más desinhibida en estas áreas; en muchas familias la promiscuidad es un dato a tener en
cuenta porque las casas son pequeñas y las familias muy numerosas… y lo que se ve se aprende. Algo pueden ayudar estos argumentos para diagnosticar esta realidad, pero no creo que sean los definitivos.

Aquí y allá, Panamá o España, encontramos hoy en día muchas familias disfuncionales (monoparentales, abuelas – mámás de sus nietos, varios hermanos de la misma mamá pero de diferentes padres, etc.) De fondo hay un problema psicológico en los adolescentes, de inmadurez, que incide después en los comportamientos… también en la precocidad de las
relaciones sexuales. Podríamos analizar también los valores tradicionales que van cambiando: antes la virginidad se consideraba un gran valor… hoy ya no. Aunque el “machismo” de estas culturas todavía sigue protegiendo mucho a las niñas y dejando a los varones a su aire (¡son machitos!) Por supuesto, hay que mentar también a los medios de comunicación social y los “modelos de identificación” que ofrecen a las nuevas generaciones… muchas veces muy poco recomendables éticamente. Se banaliza el sexo, desvinculándolo del afecto y el compromiso responsable.. Y muchas cosas más…

Más vale un ejemplo que mil palabras. Alison, de la comunidad de Santa Cruz, de mi parroquia. Hace cuatro días me la encontré, le saludé y le dije que ya hacía días que no le veía en las celebraciones de la iglesia. Me dijo, como dándome una buena noticia: “Padre, es que ya soy mamá, tengo un bebé”. Alison tiene 14 años. Salió embarazada a los 13 años. La mamá tiene 7 hijos (no todos del mismo papá). La niña-mamá sigue yendo a la escuela y solo en esas horas su mamá le cuida al bebé… que más que nieto acabará siendo el octavo hijo. Por supuesto, Alison no vive con el papá del niño, aunque me dijo que sí le ayuda económicamente… ¡que ya es algo!

Hay que imaginarse el futuro de esta niña… Casi mejor no imaginárselo
porque da vértigo. Mejor lo dejamos así y que cada cual reflexione a su
manera.